Black Clover, el apasionante manga y anime creado por Yūki Tabata, ha conquistado tanto a los fanáticos del género como a nuevos seguidores gracias a su trama emocionante y al carisma de sus personajes, que ya forman parte de la cultura popular. Pero además de su acción trepidante —motor de la serie y parte de su atractivo—, Black Clover ha sabido enfocarse en el crecimiento y el desarrollo de sus protagonistas, y por eso ha sido capaz de crear vínculos con los seguidores que van mucho más allá de la lectura del manga o del visionado del anime.

En Black Clover, el mundo está dividido en dos grupos: aquellos que poseen habilidades mágicas y aquellos que no. Asta, el protagonista, nace sin poderes mágicos en un mundo donde el Grimorio es el libro que dictamina quién es y quién no un mago. Sin embargo, su determinación y su sorprendente fuerza física le llevan a enfrentarse a todo tipo de desafíos, sobreviviendo en un entorno donde juega en aparente desventaja. El hecho de que los personajes de la serie dominen los elementos —el fuego, el agua, el viento…— da lugar a espectaculares batallas y a enfrentamientos marcados por la acción y la estrategia. Los momentos de superación personal y la evolución de los personajes a lo largo de la serie son aspectos clave que han convertido a Black Clover en una ficción inspiradora capaz de dar lugar a todo tipo de artículos de colección, incluyendo, cómo no, los peluches de Black Clover.